EL JUEGO DE LOS VALORES
Hace
muchos, muchos años los valores se reunieron para ver si podían jugar con
amigos nuevos.
Quedaron en encontrarse en la Plaza de la Ética. A la hora
establecida fueron llegando Respeto, Tolerancia, Solidaridad, Compañerismo,
Amistad y Amor.
Luego
de saludarse, Amor comenzó a contar que en un viaje que había hecho en
vacaciones, vio como un nene de alrededor de 12 años presenció un accidente
automovilístico, y no dudó en bajar de la bici y ver si podía ayudar hasta que
llegara la policía. Se acercó y vio que las personas estaban muy heridas. Tomó
la bici y fue hasta la cabina telefónica y pidió ayuda. Se quedó un rato
pensando, y regresó al lugar del hecho. Volvió a mirar, y le pareció que en el
piso, en la parte de atrás, algo se movía.
Quiso
abrir la puerta, pero no pudo. Miró a su alrededor y vio una piedra. La recogió
y con ella rompió el vidrio de la ventanilla, entró al auto y vio un bebito que
jugaba con sus manitos. Lo sacó, lo tapó con su buzo y abrazándolo muy fuerte contra su cuerpo, se
sentó al lado del auto y esperó.
A
los pocos minutos llegaron la policía y
una ambulancia. Sacaron a las personas, las atendieron y luego se ocuparon del bebe que empezó a
llorar. Lo revisaron y encontraron que tenía un corte en una piernita. Lo
curaron y felicitaron al nene por lo que había hecho, ya que el calor del
abrazo había evitado que el bebe se moviera y comenzara a sangrar.
Todos
escucharon el relato en silencio, y pensativos.
-Eso
me da una idea!, dijo Solidaridad. Debemos mezclarnos entre las personas y
observar quienes nos necesitan.
-Eso es fácil, pues somos invisibles. Recuerden
que solo nos ven a través de lo que hacemos.
-Claro!
Dijo Respeto. Yo voy a meterme entre las personas y veré lo que puedo hacer.
-No,
dijo Compañerismo. Lo mejor es que pidamos el tercer premio que nos ofrecen
todos los años, y es ser vistos por todos. Los invitamos a jugar a las
escondidas, pero al revés. Nosotros nos escondemos y que ellos busquen a quien
necesitan para solucionar sus problemas o convivir mejor.
-Eso
es ideal! , dijeron todos.
A
los pocos días, se realizo el juego. Muchas personas buscaban por todos lados,
detrás de los árboles, entre las ramas, en la fuente. Pero no encontraban nada.
De
repente, se oyó:
-Acá
están todos! Yo los encontré!
Nadie
podía creerlo. Los había encontrado una viejita
muy viejita, con ropas rotas, descalza y con la cara muy arrugadita.
-Para
que nos querés a todos, abuelita?, preguntaron.
-Para
repartirlos en mí barrio. En la escuela, los chicos se pelean mucho así que
podes ir vos, Compañerismo.-Ya mismo voy. Y partió corriendo.
-Y
vos, Respeto, podes ir a recorrer fabricas, negocios, y otros lugares de trabajo,
casa, oficinas, y ayudar a que se traten mejor?
-Si,
ya salgo en mi patineta.
-Mañana
voy a la cancha, dijo Tolerancia. A lo mejor consigo que no se peleen por un
gol las personas de dos clubes diferentes.
-Gracias,
dijo la viejecita. En el último partido, golpearon a mi nieto.
-Yo
voy a tocar el timbre en las casas
ofreciéndome como amigo, dijo Amistad. Veremos si me aceptan.
Todos
salieron para los distintos lugares y
quedaron en encontrarse en un mes.
Cumplido
el mes, se encontraron todos. Fueron a buscar a la viejecita, y la encontraron
llorando.
-Qué
te pasa? Por qué lloras?
-De
alegría. Casi no reconozco a nadie en este barrio. Todos se tratan bien, se
ayudan, no se lastiman mas cuando salen del partido, todos pueden decir lo que piensan
sin que nadie se moleste o ría, todas las mañanas me traen el pan para el
desayuno......Cómo hicieron?
-Muy
simple: enseñamos que nadie puede vivir solo, sin ayuda. Que si nos respetamos,
estamos mas contentos; si toleramos las diferencias somos mas felices; que nos
reímos mas y mejor con amigos que solos. Solamente eso hicimos.( y se fueron).
Por
el camino iban reflexionando: “después del cambio que vimos, deberíamos
recorrer todo el mundo para que las personas aprendan cuanto mejor es las vida,
el estudio, el trabajo, guiar un país, dirigir un partido si nos metemos en el
alma de cada uno”
Y
así lo hicieron......
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