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Una lectura para compartir
Lee el siguiente cuento y realiza las actividades de comprensión:
Historia de los dos que soñaron
Cuentan los hombres dignos de fe que hubo en El Cairo un hombre poseedor de riquezas, pero tan generoso y liberal que todas las perdió, menos la casa de su padre, y que se vio forzado a trabajar para ganarse el pan. Trabajó tanto que el sueño lo rindió debajo de una higuera de su jardín y vio en el sueño a un desconocido que le dijo: --Tu fortuna está en Persia, en Isfaján; vete a buscarla. A la madrugada siguiente se despertó y emprendió el largo viaje y afrontó los peligros de los desiertos, de los ríos, de las fieras y de los hombres. Llegó al fin a Isfaján, pero lo sorprendió la noche y se tendió a dormir en el patio de la mezquita. Había, junto a la mezquita, una casa y, esa noche, una pandilla de ladrones atravesó la mezquita y se metió en la casa, y las personas que dormían se despertaron y pidieron socorro. Los vecinos también, gritaron, hasta que el capitán de los serenos de aquel distrito acudió con sus hombres y los bandoleros huyeron por la azotea. El capitán hizo registrar la mezquita y en ella encontraron al hombre de El Cairo y lo llevaron a la cárcel. El juez lo interrogó:--¿Quién eres y cual es tu patria? --Soy de la ciudad famosa de El Cairo y mi nombre es Yacub el Magrebí—declaró el hombre. --¿Qué te trajo a Persia?—le preguntó el juez. El hombre optó por la verdad y la dijo: --Un hombre me ordenó en un sueño que viniera a Isfaján, porque ahí estaba mi fortuna. Ya estoy en Isfaján y veo que la fortuna que me prometió ha de ser la cárcel. El juez se echó a reír. --Hombre insensato –le dijo--, tres veces he soñado con la casa en la ciudad de El Cairo, en cuyo fondo hay un jardín y en el jardín, un reloj de sol y después del reloj de sol, una higuera, y debajo de la higuera, un tesoro. No he dado el menor crédito a esa mentira. Tú, sin embargo, has ido de ciudad en ciudad, bajo la sola fe de tu sueño. Que no vuelva a verte en Isfaján.Toma estas monedas y vete. El hombre las tomó y regresó a la patria. Debajo de la higuera de su casa (que era la del sueño de el juez) desenterró el tesoro.
Gustavo Weil (Orientalista alemán, 1808-1889), en Borges, Bioy Casares y Ocampo (comps), Antología de la literatura fantástica, Buenos Aires, Sudamerica, 1989.
Actividades de comprensión: Historia de los dos que soñaron
Respondan a las siguientes preguntas:
a) ¿Qué soñó el hombre de El Cairo y que soñó el juez?
b) ¿Por qué la policía detiene a Yacub?
c) ¿En que se basa el juez para liberarlo?
d) ¿Qué hace Yacub cuando regresa a su casa?
Historia de los dos que soñaron
Cuentan los hombres dignos de fe que hubo en El Cairo un hombre poseedor de riquezas, pero tan generoso y liberal que todas las perdió, menos la casa de su padre, y que se vio forzado a trabajar para ganarse el pan. Trabajó tanto que el sueño lo rindió debajo de una higuera de su jardín y vio en el sueño a un desconocido que le dijo: --Tu fortuna está en Persia, en Isfaján; vete a buscarla. A la madrugada siguiente se despertó y emprendió el largo viaje y afrontó los peligros de los desiertos, de los ríos, de las fieras y de los hombres. Llegó al fin a Isfaján, pero lo sorprendió la noche y se tendió a dormir en el patio de la mezquita. Había, junto a la mezquita, una casa y, esa noche, una pandilla de ladrones atravesó la mezquita y se metió en la casa, y las personas que dormían se despertaron y pidieron socorro. Los vecinos también, gritaron, hasta que el capitán de los serenos de aquel distrito acudió con sus hombres y los bandoleros huyeron por la azotea. El capitán hizo registrar la mezquita y en ella encontraron al hombre de El Cairo y lo llevaron a la cárcel. El juez lo interrogó:--¿Quién eres y cual es tu patria? --Soy de la ciudad famosa de El Cairo y mi nombre es Yacub el Magrebí—declaró el hombre. --¿Qué te trajo a Persia?—le preguntó el juez. El hombre optó por la verdad y la dijo: --Un hombre me ordenó en un sueño que viniera a Isfaján, porque ahí estaba mi fortuna. Ya estoy en Isfaján y veo que la fortuna que me prometió ha de ser la cárcel. El juez se echó a reír. --Hombre insensato –le dijo--, tres veces he soñado con la casa en la ciudad de El Cairo, en cuyo fondo hay un jardín y en el jardín, un reloj de sol y después del reloj de sol, una higuera, y debajo de la higuera, un tesoro. No he dado el menor crédito a esa mentira. Tú, sin embargo, has ido de ciudad en ciudad, bajo la sola fe de tu sueño. Que no vuelva a verte en Isfaján.Toma estas monedas y vete. El hombre las tomó y regresó a la patria. Debajo de la higuera de su casa (que era la del sueño de el juez) desenterró el tesoro.
Gustavo Weil (Orientalista alemán, 1808-1889), en Borges, Bioy Casares y Ocampo (comps), Antología de la literatura fantástica, Buenos Aires, Sudamerica, 1989.
Actividades de comprensión: Historia de los dos que soñaron
Respondan a las siguientes preguntas:
a) ¿Qué soñó el hombre de El Cairo y que soñó el juez?
b) ¿Por qué la policía detiene a Yacub?
c) ¿En que se basa el juez para liberarlo?
d) ¿Qué hace Yacub cuando regresa a su casa?
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